Nuestro Ideario

En una cultura de cambios, atentos al Espíritu y abiertos a su gracia, tenemos que preguntarnos nuevamente quiénes somos, para qué estamos y qué tenemos que hacer.

Monseñor Carlos Ñañez

Identidad de la Escuela Parroquial

Las escuelas diocesanas y parroquiales se autodescubren como comunidades pastorales en permanente estado de misión evangelizadora hacia adentro y hacia afuera.

Nuestro Instituto Parroquial se define por la explícita opción de una pedagogía centrada en Cristo, en la transmisión de la fe y de las ciencias. Es nuestro compromiso integrar armónicamente la opción por el Evangelio y el diálogo con el mundo para la construcción de una sociedad más justa y fraterna.

Atentos a los signos de los tiempos, contemplamos la realidad diversa para recrear las culturas emergentes desde nuestra propia identidad, procurando tener un ejercicio maduro de apertura, tolerancia, reconocimiento y respeto para la convivencia social en los diferentes contextos; asumiendo y valorando las diferencias, en diálogo con la pluralidad cultural.


San José modelo de educador

Nuestro Instituto basa su misión educadora en los principios y valores de la doctrina católica. Reconocemos a San José como ejemplo de virtud, educador por excelencia, partícipe del plan de salvación, protector de las familias y custodio de la vida.

Inspiramos nuestras prácticas en San José, fuente de espiritualidad, modelo de fe, esperanza y caridad. Como escuela parroquial atendemos a las necesidades sociales y comunitarias de nuestros hermanos, siguiendo los pasos de nuestro Patrono en la humildad, la entrega y el trabajo.

Consideramos que educar a la luz de estos ideales contribuye a la formación integral de los estudiantes, posibilitando un conocimiento de sí mismos y de los otros a partir de las virtudes de respeto y aceptación de las diferencias.


Estilo educativo

Personal

Somos una Institución confesional que cree en Dios creador de todo lo que existe, especialmente del hombre que es partícipe y guardián de dicha creación, y por lo tanto de la vida.

Como hijos de Dios, afirmamos la igualdad entre todas las personas sin vulnerar las particularidades propias de cada uno, ya que reconocemos la diversidad de carismas, talentos y vocaciones que enriquecen la Comunidad Educativa.

Cada miembro de nuestra comunidad se reconoce como agente activo y responsable de la misión educadora de la escuela, siendo un ámbito de ejercicio de participación democrática para el desarrollo físico, mental y espiritual de nuestros estudiantes.


Social

Como Comunidad Educativa, nos congregamos en torno a la diversidad de los saberes, siendo al mismo tiempo un instituto de formación y de referencia social que vincula a personas con distintas aptitudes y vocaciones, todas ellas enfocadas al servicio del prójimo, con especial atención a los más necesitados.

En nuestro Instituto la perfección del amor, la esperanza y el bien común son el horizonte a partir del cual alojamos a todos los niños y jóvenes que forman parte de esta Comunidad.

Aspiramos a que nuestros estudiantes desarrollen la empatía para comprender la historia de los otros, siendo solidarios en la necesidad, respetuosos en la alteridad y críticos en la verdad, siempre dispuestos a seguir aprendiendo para alcanzar su máxima realización.

Reconociendo a cada miembro de nuestra Escuela sustentamos el proyecto educativo en el sentido de pertenencia. Por otro lado, siendo corresponsables de los demás cultivamos el compromiso ciudadano por medio de la participación responsable para el fortalecimiento de vínculos sociales fraternos.


Trascendente

Como Escuela Católica, sostenemos que la trascendencia da sentido a la vida y a la vocación particular de cada persona, por lo que se constituye en una dimensión fundamental de todo ser humano.  

Consideramos a la persona como un ser solidariamente llamado a transformar el mundo y a participar de la vida de Dios en Cristo. Promovemos el desarrollo de la interioridad y la plenitud de conciencia a partir de la reflexión y el encuentro profundo con la fe a la luz del mensaje evangélico.


Familia

La familia es el primer y principal agente educativo. Es la primera escuela y la iglesia doméstica en donde se va formando al niño y al joven para la vida en sociedad. Por esta razón, afirmamos que la misión de las familias en la educación y formación en la fe de sus hijos es irremplazable.

Como institución educativa, compartimos la tarea formativa con las familias construyendo desde el encuentro, la participación y el diálogo, la confianza para llevar a cabo esta fundamental misión, siendo familia y escuela corresponsables de esta labor.


Comunidad Educativa y Parroquial

La Comunidad Educativa y Parroquial se unen en una expresión de fraternidad que se manifiesta a través de acciones evangelizadoras en espacios comunes de interacción e intervención.

La identidad parroquial anima a la realización de un proyecto educativo que sintetiza fe, cultura y vida. Esta misión compartida acerca y profundiza los lazos entre la Parroquia y la Escuela, y nos llama a la renovación y compromiso con la vida religiosa, a la transformación social y a la comunión de la Iglesia.


Valores

Educación desde la fe

Creemos que la fe es el camino, la caridad es la meta, la esperanza es el horizonte y la educación el instrumento. Construimos espacios de conocimiento dinámicos, articulados, integrados y transversalizados por el mensaje cristiano.

En toda práctica educativa gestionamos la enseñanza y el aprendizaje en clave pastoral, haciendo posible el crecimiento del primer anuncio del Evangelio en cada uno de los miembros de la Comunidad Educativa.


Convivencia Escolar Fraterna

Como institución educativa promovemos la convivencia armónica propiciando espacios de respeto y de intercambio. A partir del diálogo nos encontramos desde la diversidad en la búsqueda de consensos y acuerdos para resolver los conflictos persiguiendo el bien comunitario de manera responsable.

Reconocemos, respetamos, valoramos y defendemos los derechos y capacidades de cada persona. Consideramos la convivencia escolar desde la fraternidad como un valor fundante que procura la defensa de la verdad.


Compromiso

El compromiso unido a la esperanza, es una fuerza interior que nos motiva a perseverar en un ideal, aportando sentido a nuestras vidas con optimismo y confianza.

Con la mirada atenta al prójimo, colaboramos con los miembros de la Comunidad Educativa siendo corresponsables de nuestros hermanos.


Solidaridad

Entendemos por solidaridad una misión en la cual nuestros talentos y recursos personales son dones de Dios al servicio del bien común.  

Como miembros de la Iglesia estamos llamados a comprometernos en la realización de  acciones solidarias. En nuestra Comunidad Educativa trabajamos generosamente, entregando lo mejor de nosotros mismos, construyendo relaciones interpersonales que valoran la complementariedad del otro.


Responsabilidad

Comprendemos este valor como la capacidad de obrar de acuerdo a los compromisos que asumimos.

Como institución educativa trabajamos para crear una sociedad con valores fundada en los ideales cristianos, desde la acción y la labor cotidiana. Propiciamos los sentidos de superación personal y comunitaria, siendo solidariamente responsables con los otros.