El aula vuelve a latir.
Después del receso de invierno, las voces regresan.
Volver al aula es mucho más que reiniciar actividades.
Es reencontrarnos con lo cotidiano que nos forma.
Es volver a los vínculos, a las preguntas, a los desafíos compartidos.
En estos días, nos damos espacio para volvemos a mirar a los ojos, a sostener la escucha, a construir comunidad. Porque en la escuela, el saber crece entre personas que se encuentran, se reconocen y se acompañan.
En una cultura del apuro, dedicarnos tiempo es un gesto revolucionario.
Volver con alegría y con fe. Volver sabiendo que lo importante no es solo terminar el año, sino vivirlo plenamente.
En nuestra escuela, creemos en el valor del reencuentro. Porque cada vez que nos volvemos a mirar, algo se renueva.